martes, 10 de noviembre de 2009

Historias cotidianas (7 de Noviembre del 2009)

Todos llevaban sus banderas, llevaban sus ropas teñidos con los colores de la bandera y sus rostros pintados igualmente. Todos se congregan bajo aquellos símbolos que eran el sentimiento de toda una nación. Nadie faltaba allí sin sentir el orgullo de un buen patriota. Las voces entonaban canciones tradicionales, con voces que rasgaban el viento y había quien incluso lloraba al entonar el himno nacional. Era una fiesta, una orgia de nacionalistas puros. Pero él se sentía como un extranjero entre ellos, al igual que el resto iba envuelto como un bombón en los símbolos de la patria, pero no sentía aquella extraña emoción que acongojaba a sus convecinos. No entendía que hacían allí, ni porque ahora todos tenían ganas de reivindicar su amor por la nación. Hacía años de la independencia y desde aquel momento no acudir a aquellos actos estaba mal visto por todos. Era aquella la actitud necesaria para sentirse un buen patriota y sobre todo que era ser un patriota…

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