miércoles, 4 de noviembre de 2009

Historias cotidianas (3 de noviembre del 2009)

Cuando llovía siempre caía aquella gotera en su habitación, como aquella era un tierra de lluvias pertinaces reacondiciono su cuarto para que aquella gotera no mojase sus escasos objetos de valor. Era una habitación pequeña por lo que aquel gotear continuo retumbaba, se había acostumbrado tanto a aquel ligero tamborileo que en algunas ocasiones prescindía de la música para acompañar sus lecturas de aquel sonido. Era su reloj vital, cuando aquella música de fondo desaparecía, los días eran más claros y soleados, sus lecturas se desplazaban a alguno de los jardines colindantes. Dejaba pasar de esa manera sencilla su vida en un país regido por el ritmo de la lluvia…

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