jueves, 31 de diciembre de 2009

Los diez discos del año



1. The rural alberta advantage "Hometowns"



2. Fanfarlo "Reservoir"



3. Japandroids "Post-Nothing"



4.The Horrors "Primary colours"



5. M.Ward "Hold time"



6. The black heart procession "Six"



7. Cymbals eat guitars "Why there are mountains"



8. The Thermals "Now we can see"



9.The pains of being pure at hearth "The pains of being pure at hearth"



10. We Were promised jetpacks "These four walls"

Gracias...

Gracias a todos aquellos que habeis tenia la fuerza de voluntad para seguir estas 365 historias cotidianas que han surgido de mi imaginación. Disculpad la falta de calidad en alguna de ellas...La publicada con anterioridad es la ultima de esta serie, espero que las hayais disfrutado.

Saludos cordiales

Historias cotidianas

…Malik miro a su padre acabado de despertar con aquellos ojos que se parecían a los de su madre, lo miraba atentamente y no conseguía ver el más mínimo atisbo de felicidad. Su padre siempre estaba triste, a Malik le decían que era así desde que su madre había muerto al darle a él a luz. No había conocido a su madre pero su hermano mayor Mahmud le decía que era la más hermosa mujer que había visto nunca y que su padre estaba triste porque al despertar no la veía a su lado al despertar. Por ello Malik siempre le explicaba a su padre sus sueños mientras desayunaban, le hablaba de las tierras verdes llenas de gatos de cabeza triangular y un solo ojo, de pájaros parlanchines con plumas de color dorado, de tortugas con ruedas que se movían como coches, pero aun así no conseguía sacar una sonrisa a su padre que vivía en estado de perpetua melancolía…

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Historias cotidianas

Retroceder en el tiempo la mayoría de veces no sirve para nada, pero le gustaba hacerlo de vez en cuando para machacar su presente con ese pesado mazo de los recuerdos. Llevaba más de seis años alejado de Marta y no había conseguido un solo amanecer sin pensar en ella. La casa todavía tenía sus fotos por todos los rincones y su olor se conservaba en todo aquella que ella había tocado. Nunca entendió la orden de alejamiento que le habían interpuesto, ella estaba confusa y jamás la quiso maltratar. Le gustaba retroceder en el tiempo y pensar en cuando no era el monstruo que no podía vivir ni siquiera en su ciudad. Tenía aquel mazo que el había construido a base de dolor y de vez en cuando se machacaba…

Historias cotidianas (29 de diciembre del 2009)

El día del decimo octavo cumpleaños de Gabriel sus padres pensaron que estaría bien que realizara su primer viaje al extranjero en solitario, en realidad a su llegada le esperaría su tío que vivía en Edimburgo, pero ya era una aventura para él iniciar ese vieja. Aquel día todos madrugaron, después de las primeras felicitaciones y los primeros abrazos, desayunaron abundantemente, en realidad desayunaron todos menos Gabriel que tenía una horrible resaca incrementada por las pocas horas de sueño después de su fiesta de cumpleaños. Sabía que debía disimular delante de sus padres, pero la simple presencia del bol de cereales le condujeron directamente al cuarto de baño, a su súbita marcha le acompañaron toda una serie de comentarios jocosos por parte de sus hermanos…

Historias cotidianas (28 de diciembre del 2009)

Deseaba volver a encontrar el punto de equilibrio en su vida, reencontrarse con todos aquellos que habían representado algo en su vida y que había ido apartando él mismo de forma casi maquinal. Era un deseo y estos solamente se cumplen cuando una lámpara o un hada se cruzan en tu camino. En su camino solamente había oscuridad y piedras, en las que tropezaba siempre, piedras en forma de heroína que se le comían la vida poco a poco. En ocasiones, con la jeringuilla todavía colgando de su brazo, sentía que todos sus deseos acudían y le colmaban con una nueva vida, en la que ya no había callejones ni chaperos, volaba mas lejos de los que podía imaginar y se veía sentado en algún lugar cálido y confortable…

martes, 29 de diciembre de 2009

Historias cotidianas (27 de diciembre del 2009)

Se habían dejado llevar por la decadencia de sus existencias, nada les saciaba lo suficiente ni nada les proporcionaba suficiente placer. El poder que ejercían sobre el pueblo se había transformado en un yugo que oprimía a los habitantes de la provincia. Las ejecuciones de pastores y campesinos servían como divertimento al pueblo y a sus gobernantes. Las más hermosas mujeres eran arrancadas de sus casas para servir en los salones palaciegos en los que eran violadas y asesinadas inmisericordemente. Nadie estaba libre de la sed de lujuria y sadismo que ahora reinaba, los favoritos pasaban a ser carne de escarnio de un día a otro siendo remplazados por otros que tarde o temprano también caerían en desgracia. El pueblo temeroso esperaba que pasaran aquellos funestos tiempos esperando sobrevivir a los indeseables placeres de sus monarcas…

Historias cotidianas (26 de diciembre del 2009)

Recordaba cuando los campos eran verdes y por las laderas de las montañas nevadas caían saltos de agua que formaban cursos de agua que recorrían valles llenos de vida. Ahora todo estaba dominado por aquel cielo plomizo que hacia caer un manto de heladora lluvia sobre sus cuerpos, ya no había primavera ni verano ni siquiera un otoño en el reposar los huesos de la frialdad del tiempo. Los días monótonos pasaban y el cielo siempre amenazaba con algo peor. Desde la primera gran nevada que los cubrió todo de nieve ya nada había vuelto a ser lo mismo, los huertos se habían muerto y los arboles se mostraban como figuras fantasmales que exhibían con su desnudez un sentimiento de dolor infinito. Ahora los ríos eran superficies heladas en las que por mucho que se penetrase nunca se llegaba al agua…

Historias cotidianas (25 de diciembre del 2009)

Le gustaba la vista desde su casa, se dominaba toda la bahía que en los días de buen tiempo parecía una enorme piscina dispuesta a los pies de la ciudad. Los primeros colonos se habían establecido en aquellas colinas que dominaban la bahía para poder controlar el tráfico de los barcos mercantes o de corsarios que amarraban en el puerto. No muy lejos de su casa, oculta de sus ojos por la ladera de la montaña, quedaban los restos de la muralla defensiva que había construido para proteger sus hogares. Aquel había sido uno de aquellos lugares de aquel cálido mar que se había visto atribulado por cientos de movimientos coloniales y administrativos. Por ello los isleños se consideraban únicamente isleños y no hijos de colonos…

Historias cotidianas (24 de diciembre del 2009)

El hotel Sergei no era especialmente confortable ni lujoso, se encontraba en una carretera secundaria en algún punto indeterminado entre la costa y la montaña. En origen había sido creado con el boom del turismo en aquella zona, salones amplios, habitaciones con sofás de poli piel y luces inspiradas en “2001”. Pero a aquel lugar remoto nunca llegaron los turistas que tanto les habían prometido y como todo entro en clara decadencia. Cuarenta años después de estreno se había transformado en un hotelucho de carretera en el los camioneros reposaban de sus largas jornadas al volante, algunas prostitutas que trabajaban aquella zona lo utilizaban por horas para satisfacer a sus clientes. El polvo se acumulaba sobre los sofás de poli piel que el tiempo poco a poco había ido ajando…

Historias cotidianas (23 de diciembre del 2009)

Entraron en el salón de su casa con sus enormes pistolas y sus subfusiles, parecían armados para tomar un país entero y no para irrumpir en una tranquila mañana de domingo en salón de su apartamento. Nada sabía de aquellos individuos pero rápidamente salto de la silla en la estaba sentado y busco refugio debajo de la mesa, no era el hombre más valiente del mundo ni mucho menos y en aquella situación aun menos. Desde su escondite pudo ver las gruesas botas negras que calzaban con suelas de goma que producían un irritante sonido en cada paso. No se habían identificado de ninguna manera cuando empezaron a disparar sobre las paredes, dejando que las balas dejasen un mensaje que él no sabia descifrar…

Historias cotidianas (22 de diciembre del 2009)

Al despertar con un zumbido en los oídos, se incorporo deprisa intento ahuyentar aquella molestia que le había roto el sueño. Se sentía agotado y fastidiado, en lo más profundo de su ser sentía la necesidad de aquel descanso del que se había visto privado. Encendió la luz de su mesita entre los reproches velados por el sueño de su pareja, aquel ser volador debía pagar con su vida la grave substracción que había cometido al retirar de su mente el hermoso sueño que estaba teniendo. Se armo con una de sus zapatillas y como un cazador en la sabana espero por el más mínimo indicio de su víctima…

Historias cotidianas (21 de diciembre del 2009)

En el universo, inmenso y desconocido, lleno de vida y de vacio al mismo tiempo, se limitaban a vivir perezosamente los que así mismos se llamaban seres humanos. Seres de una patética fragilidad moral y física que habitaban un pequeño planeta de una remota galaxia. Seres ínfimos de un lugar insignificante, fruto de una evolución, esclavos de sus propias limitaciones, Vivian unos enfrentados a los otros por el dominio de pequeñas parcelas en las que subdividían su planeta, al cual día tras día castigaban sin compasión, contaminándolo y expoliándolo sin darle ninguna tregua. Dentro de su pereza, estos seres, se limitaban a explotar los recursos del planeta sin ser conscientes de la fragilidad de este. Tal era el retraso de esta extraña raza, que aun abocados a la destrucción del único planeta donde podían desarrollar su patético sistema vital, no tomaban ninguna medida para prevenir el seguro colapso del planeta que habitaban. No aceptaban ni consejos ni recomendaciones, se conformaban con haraganear sin pensar en el futuro…

Historias cotidianas (20 de diciembre del 2009)

Durante la noche apenas había dormido, había sufrido algunas inquietantes pesadillas que no le habían permitido descansar. Al levantarse tenía el cuello contracturado y un horrible dolor de espalda, sentía que el cuerpo le pesaba veinte kilos más y hasta que no visito el baño no fue consciente de la transformación que había sufrido durante la vigilia. Al mirarse al espejo del baño vio que en su espalda algo había crecido durante su sueño y que en aquellos momentos de sus omoplatos surgían dos enormes alas de pluma parda. Pensó que aquello no era fruto más que de un sueño del que en cualquier momento se despertaría, pero en el momento en que sin ningún acto por su parte, las alas se desplegaron majestuosas en su pequeño cuarto de baño tirando al suelo la estantería empezó a creer que aquello realmente estaba aconteciendo. El estruendo de todos los objetos caídos al suelo despertaron a su mujer que entre sueños se dirigió al baño llamándole repetidas veces, al abrir la puerta del baño las plumas de la punta del ala izquierda le rozaron la nariz, ella no pudo reprimir un grito de horror…

Historias cotidianas (19 de diciembre del 2009)

Había acudido en busca de la confesión para mitigar todo aquello que en su cuerpo notaba que se corrompía, no era capaz de oír la palabra de dios, ni de tocar el libro de salmos. Nadie confortaba aquel desasosiego que su corazón sentía. El padre siempre oía a su siervo, pero en aquellos tiempos se sentía como un hebreo rezando contra una pared. Les habían enseñado a amar a dios nuestro señor y a odiar a cualquier otra representación de su imagen, que los paganos propagaban, ya fueran judíos o musulmanes. Nada de malo había en los actos que había cometido ya que los había hecho bajo el mandato de la palabra del señor, pero una inquietud le abatía mientras explicaba sus actos antes el padre confesor. No había penitencia para lo sucedido, solamente deseaba el consuelo de ser escuchado por dios, pero este permanecía silencioso…

Historias cotidianas (18 de diciembre del 2009)

Tenía el cuerpo lleno de pústulas, se habían extendido rápidamente desde sus manos al resto de su cuerpo. Tenían una coraza dura y rojiza, impenetrable, apenas le causaban molestias, ni dolor ni picores, solamente cuando se habría como un capullo en primavera, desvelaban su contenido, una liquido acuoso y amarillento de un olor repugnante. En ese momento liberaban el veneno que contenían y el dolor se tornaba intenso. La fiebre le anunciaba cuando una de ellas iba a mostrarse con su cara más perversa, aumentando, disparándose alarmantemente. Ya hacía días que reposaba en su lecho por ello, no era un espectáculo agradable de ver la verdad, nadie quería saber de él, pero algunos niños curiosos se acercaban hasta su casa y se asomaban a la ventana de su cuarto para verlo como si tratase de un fenómeno ferial…

Historias cotidianas (17 de diciembre del 2009)

Abrió los ojos todo lo que pudo para poder ver algo en la oscuridad, el silencio le resultaba inquietante y únicamente a lo lejos se veía las luces de la aldea. Desde pequeño, aunque aquel siempre había sido su territorio, le podía aquella inquietud al pasear por la noche. Prefería que aquellas excursiones nocturnas las protagonizase su hermano mayor, pero desde que este había abandonado el hogar familiar para ganarse la vida en la metrópolis, era responsable de la vigilancia del ganado. Sentía el frio a través de la chaqueta y el cielo estrellado, limpio de cualquier nube, anunciaba la helada. El suelo estaba húmedo por la lluvia de las semanas anteriores, le costaba caminar en aquellas condiciones cuando a lo lejos empezaron a sonar los cencerros de las vacas…

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Historias cotidianas

En el vaho de los cristales empezó a dibujar figuras que surgían de su mente. El cristal estaba frio como la tarde, había empezado a nevar a mediodía y no le habían dejado salir a jugar al parque. Todavía le quedaban restos del catarro que la había tenido en cama una semana y ni la única oportunidad de la nevada levantaba la posibilidad de lanzar unas cuantas bolas. Se tenía que conformar con aquellas dibujos sobre el frio cristal, empezó por un muñeco de nieve, aunque al dibujarle el sombrero la figura perdió un tanto su sentido, continuo dibujando corazones, eran más fáciles de trazar y mas simbólicos si alguno de sus amigos salían al parque a jugar…

martes, 15 de diciembre de 2009

Historias cotidianas

Julieta era una niña hermosa, con sonrisa de oreja a oreja, con ojos alegres como un día soleado en el campo. Julieta había nacido en la familia equivocada, cuando la violaron para saldar una vieja deuda, nadie pensó en que su habitación debía estar llena de hermosos juguetes y que su cuerpo no debía recibir un castigo que otros se habían granjeado. Julieta lloro y gimió, pataleo y peleo, pero a ellos les daba igual, pasado de uno a otro como una pelota en un juego macabro. Nadie veía en ella la sonrisa que hacia resplandecer la mañana, nadie se apiado de ella cuando acabaron su sucio trabajo. Y cuando la policía la encontró con los ojos en blanco y la cara crispada en por el dolor, solamente apuntaron un numero, aquella sonrisa ya no volvería a lucir para nadie…

lunes, 14 de diciembre de 2009

Historias cotidianas

Siempre pensé que debía existir un infierno especial donde colgasen de largas y ásperas sogas los cobardes, siempre lo pensé en mi juventud, todos y cada uno de los días en que fui honesto y tuve la mirada limpia, todos los días anteriores a tener mis testículos conectados a una bobina eléctrica. Si Edison supiese las diversas utilidades de su invento, si supiese el poder que tiene la electricidad sobre la mente humana, si conociese lo fácil que es corromper el alma más pura a través de la corriente eléctrica. Tal vez entonces pensé que debía ser él quien debía de colgar de una soga en el infierno, justo antes de romperme por dentro y desear ser yo mismo el que colgase de una soga, justo en el momento en el que delate a todos y cada uno mis compañeros, justo hasta el momento en que incrimine a gente que ni tan solo conocía ni había oído nombrar hasta aquel momento. Mientras elevaban la potencia me evadía pensando cuan larga debía de ser la cuerda y lo alto desde donde debía caer, pensaba en qué clase de infierno merecía yo mismo…

domingo, 13 de diciembre de 2009

Historias cotidianas

Los hábitos eran ásperos de una sarga marrón que les irritaba la piel con el calor de aquellas regiones lejanas del reino. Habían llegado hacía muchos años para propagar la palabra del señor a aquellos pobres indígenas que exhibían sus cuerpos desnudos tal y como dios les había creado. Ellos intentaban despojarlos de sus hábitos y desnudarlos, se decía que alguno de los hermanos consagrados a la palabra del señor y llevados por aquellos diablos indígenas, habían conocido el pecado de la carne con ellos. Por ello desde la capital habían decidido enviar algunos hermanos de más arraigadas convicciones que enderezasen el camino de la congregación. Alejados de cualquier influencia del imperio, distante en muchas leguas de mar y tierra, la fe parecía un sentimiento efímero para muchos de ellos…

Historias cotidianas (12 de diciembre del 2009)

Los carros eran arrastrados entre las calles llenas de barro por aquellos esqueléticos jamelgos que apenas eran alimentados, nada había para ellos entre aquella desolación y muerte. Los carros iban cargados hasta no dar más abasto de los cadáveres que recogían en las mismas veredas, sobre las aceras o en las puertas de las casas, allá donde los pobres apestados caían para recibir la oscura visita de la muerte. Los escasos supervivientes huían de los carros llenos de muerte, nadie quería permanecer en aquel lugar, aunque ninguno de los que allí moraban podría salir indemnes del gran mal que los asolaba. Los caballos arrastraban aquellos pesados carros esperando ellos mismos morir…

Historias cotidianas (11 de diciembre del 2009)

La lluvia barría la carretera furiosamente y en el interior del coche el sonido de la lluvia sobre la carrocería asemejaba a un concierto de percusión de ritmo salvaje. El limpiaparabrisas apenas daba abasto para permitirle ver lo que había delante, avanzar se le hacia una carga farragosa por la condiciones y por las pocas ganas que tenia de emprender aquel viaje. Parecía que el mismo universo se hubiese aliado con él para detener aquel trayecto, aquel viaje hacia un destino no deseado, en una compañía que hora tras hora se le hacía más indeseable…

Historias cotidianas (10 de diciembre del 2009)

Un estruendo rompió el silencio de la sala y lo despertó de su siesta. Sonaba una canción de las que se habían puesto de moda en los últimos tiempos y ante ella su novia se levanto rauda del sofá para recoger su móvil. Aquel estruendo ni más ni menos era el sonido del móvil de ella, le había comentado el más de cien veces que tratase de evitar aquellos sonidos estridentes en casa. Pero ella como empujada por una no escrita ley de la contradicción cambiaba politono por politono, haciendo del nuevo un ruido más insoportable respecto al anterior. Intento volver a apoyar la cabeza en el respaldo del sofá para dormir, pero la conversación de ella llegaba a él como si por un megáfono estuviese hablando…

Historias cotidianas (9 de diciembre del 2009)

Todos esperaban expectantes escuchando la radio. Las noticias no eran demasiados alentadores y la madre ya había empezado a preparar las maletas de la familia. Los hombres reunidos en el salón donde la radio traía las noticias devoraban sus uñas ansiosos, el teléfono permanecía en silencio desde que se había conocido la noticia. Más de uno, decía el padre, ya debe de estar en la frontera, de los honrados no quedara ni uno aquí si los militares se hacen con el poder. Se oía el sonido de la madre trasteando en los armarios recogiendo todo aquello que pudiese caber en las valijas. También aunque en un tono más débil, les llegaban sus sollozos. Todos desearían llorar, pero nadie se atrevía a parte de ella…

martes, 8 de diciembre de 2009

Historias cotidianas

El bosque ardió durante una semana entera, de él únicamente recaban rescoldos y ceniza. En la televisión se habían visto imágenes desde los satélites meteorológicos en las que se veían enormes columnas de humo blanco, que a los niños inconscientes de lo terrible de las imágenes les semejaban rebaños de blancas ovejas. De lo que antes había sido un enorme bosque de hayas ya no quedaba nada y como si hubiesen deseado ser participes de este hecho las bestias que lo habían poblado dejaban sus abrasados restos entre los que había sido su casa verde. Algunos bomberos lloraban al ver el desastre, impotentes ante la fuerza de la naturaleza que había consumido todo, sin que ellos con sus medios en apariencia mínimos lo hubiesen podido remitir…

Historias cotidianas (7 de diciembre del 2009)

Demasiados golpes en la cabeza le habían llevado a aquella residencia mental, su profesión nunca había sido del agrado de sus padres, pero el día en que les regalo una casa en Almuñécar la cosa cambio. Acudían a cada uno de sus combates y jaleaban cada uno de los golpes que impulsaba contra sus contrincantes, le azuzaban a continuar con su carrera plagada de éxitos que les había de premiar a ellos con una jubilación dorada. Lejos de aquellos quedaban los días en que salía a hurtadillas de su casa con la bolsa del gimnasio, dejando sobre la mesa de su habitación sus libros de texto abiertos y abandonados. Ellos habían tenido la suerte de no llegar a ver aquel declive en el que no era capaz ni de escribir unas líneas ni de ordenar dentro de cabeza un par de frases. Le quedaba la memoria de todo aquello, eso le habían dicho los médicos que jamás lo perdería, el resto se perdería poco a poco hasta convertirlo en una planta más dentro del jardín…

Historias cotidianas (6 de diciembre del 2009)

En los últimos tiempos ya nunca acompañaba a sus padres al retiro veraniego de la Costa Brava. Aunque Barcelona en agosto era un infierno de calor, disponía de toda la casa para sus encuentros amorosos y de toda la ciudad, vacía en aquellos días, para pasear por las noches. Le encantaba la ciudad por las noches, la ciudad estaba desvestida por la ausencia de sus habitantes, desnuda de los ruidos cotidianos que no permitían oír el susurro de complicidad con la que la ciudad se expresaba. Le gustaba cambiar cada noche de amante y pasear en por la casa desnuda frente a ellos al salir de la ducha, la libertad y la desinhibición se adueñaban de su espíritu. Encontraba en la soledad de las mañanas el momento ideal para el descanso, con su cuerpo saciado de sexo…

Historias cotidianas (5 de diciembre del 2009)

El general ocupaba un palacete señorial en los límites de la línea del frente, en sus buenos tiempos había sido la residencia de los propietarios de aquellas tierras, ahora devastadas por las explosivos y gravadas hasta sus entrañas por las siniestras trincheras que inundaban lo que en su día fueron campos de maíz o trigo. Desde aquella lujosa residencia se dirigía una guerra en la que los soldados no eran más que bloques de madera pintada, allí no entraban los gemidos causados por las heridas de metralla o los siniestros gritos de los intoxicados por el gas mostaza. Allí los trajes de campaña se transformaban en trajes de gala y la hora del té era respetada por todos. Los días de ofensiva, el general en un gesto de gratitud a sus oficiales, les ofrecía una buena ración de vodka con la teñir sus ojos cansados en banderas de honor henchidas por el viento del valor generado por el alcohol, les daba de beber hasta que la inconsciencia se transformaba en arrojo ante una muerte prácticamente segura…

Historias cotidianas (4 de diciembre del 2009)

Siempre hay mundos espejo en los que refugiarse, la huida de la realidad cotidiana era más fácil en aquellos tiempos que en el pasado. Saltar de vida en vida era algo tan usual como acostarse por las noches. El escándalo entre la sociedad científica por el mal uso de los espejos vitales era enorme, más de uno se había suicidado al dar vida a tal invento, que ahora transformaba la vida en un videojuego lleno de pantallas en las que ningún ser humano se veía obligado a tomar una decisión. La honradez de las empresas que habían comercializado el servicio se había visto puesta en tela de juicio en abundantes ocasiones, pero nadie sabía en qué parte del espacio tiempo se podía encontrar a sus responsables…

jueves, 3 de diciembre de 2009

No paro de escuchar

Doveman "The conformist"


Japandroids "Post-Nothing"

Misophone "Where has it gone,all the beautiful music of our parents? It died with them,that's where it went...


The Thermals "Now we can see"





Historias cotidianas

Se sentaba siempre al lado de la pequeña hoguera, silbaba durante un buen rato contra el viento de la pradera para espantar a los espíritus merodeadores que la poblaban y si la jornada había sido fructífera incluso cantaba alguna vieja tonada de las que su madre le susurraba al oído cuando era niño. Se sentía reconfortado de esa manera, como si a través del sonido encontrara la compañía que la mayoría del tiempo rechazaba. Le gustaba deambular por la pradera en busca de búfalo sin que nadie le molestase, apenas se acercaba a los centros de aprovisionamiento, solamente cuando su carreta era tan pesada para sus caballo que apenas la podían arrastrar, solamente en aquellas ocasiones se acercaba a vender sus pieles. Ser tan huraño le traía a veces malas consecuencias, le trataban de manera insultante cuando lo veían y le tildaban de loco. El no los necesitaba para nada, el únicamente necesitaba el viento de la tarde sobre su rostro y el aullido lejano del lobo…

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Historias cotidianas

La gente huía despavorida abandonando todo aquello que les pudiese importar en la carretera, formaban una multitud aterrorizada que se agolpaba en los arcenes que caían sobre los campos de maíz. Ninguno de ellos miraba hacia atrás, mientras en la carretera entre los coches se oían los lloros de algunos niños abandonados a su suerte por sus padres y que confundidos ante tan súbitos acontecimientos, vagaban frotando sus ojos arrasados por las lagrimas, atónitos como si todo aquello no fuera posible. Nadie se preocupaba por nada de eso, los campos de maíz eran devastados por la horda que corría buscando algún refugio. Entre los que caían, entre los débiles, se encontraban las victimas de aquella locura colectiva, cadáveres aplastados que bañaban aquella tierra con su sangre, todos ellos con los ojos desorbitados, con sus caras crispadas por el terror de haber anticipado su propia muerte…

martes, 1 de diciembre de 2009

Historias cotidianas

No todas los días era posible, pero en ocasiones aquella visión desde la silla de su oficina le alegraba la jornada, los días en que su jefa se subía a aquellos imposibles tacones de charol que tanto le gustaban llevar a él le llegaba la alegría. No era por ningún tipo de fetichismo hacia el charol o los afiladísimos tacones de aguja, que de esa clase abundaban dentro de su misma oficina, sino por la vista de aquellas piernas que al le parecían poco más que perfectas. Podía compararlas con las suaves columnas de un templo alzado para vanagloriara a algún dios. En alguna ocasión, por su osado atrevimiento, había corrido el riesgo de ser cazado por su superior, pero él prefería el riesgo para poder de vez en cuando ver el perfil bien marcado de aquellos preciosos gemelos. En las jornadas de lluvia ya sabía que aquel no sería su día, he incluso hacia coincidir en lo posible sus días de fiesta con los de ella. No por obsesión ni por intención de tener cualquier tipo de relación con ella, era la inexplicable atracción de aquellas piernas que hacían más pasables sus jornadas laborables…