martes, 8 de diciembre de 2009

Historias cotidianas

El bosque ardió durante una semana entera, de él únicamente recaban rescoldos y ceniza. En la televisión se habían visto imágenes desde los satélites meteorológicos en las que se veían enormes columnas de humo blanco, que a los niños inconscientes de lo terrible de las imágenes les semejaban rebaños de blancas ovejas. De lo que antes había sido un enorme bosque de hayas ya no quedaba nada y como si hubiesen deseado ser participes de este hecho las bestias que lo habían poblado dejaban sus abrasados restos entre los que había sido su casa verde. Algunos bomberos lloraban al ver el desastre, impotentes ante la fuerza de la naturaleza que había consumido todo, sin que ellos con sus medios en apariencia mínimos lo hubiesen podido remitir…

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