martes, 15 de diciembre de 2009

Historias cotidianas

Julieta era una niña hermosa, con sonrisa de oreja a oreja, con ojos alegres como un día soleado en el campo. Julieta había nacido en la familia equivocada, cuando la violaron para saldar una vieja deuda, nadie pensó en que su habitación debía estar llena de hermosos juguetes y que su cuerpo no debía recibir un castigo que otros se habían granjeado. Julieta lloro y gimió, pataleo y peleo, pero a ellos les daba igual, pasado de uno a otro como una pelota en un juego macabro. Nadie veía en ella la sonrisa que hacia resplandecer la mañana, nadie se apiado de ella cuando acabaron su sucio trabajo. Y cuando la policía la encontró con los ojos en blanco y la cara crispada en por el dolor, solamente apuntaron un numero, aquella sonrisa ya no volvería a lucir para nadie…

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