miércoles, 30 de diciembre de 2009

Historias cotidianas

Retroceder en el tiempo la mayoría de veces no sirve para nada, pero le gustaba hacerlo de vez en cuando para machacar su presente con ese pesado mazo de los recuerdos. Llevaba más de seis años alejado de Marta y no había conseguido un solo amanecer sin pensar en ella. La casa todavía tenía sus fotos por todos los rincones y su olor se conservaba en todo aquella que ella había tocado. Nunca entendió la orden de alejamiento que le habían interpuesto, ella estaba confusa y jamás la quiso maltratar. Le gustaba retroceder en el tiempo y pensar en cuando no era el monstruo que no podía vivir ni siquiera en su ciudad. Tenía aquel mazo que el había construido a base de dolor y de vez en cuando se machacaba…

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