lunes, 30 de marzo de 2009

Historias cotidianas

Como cada mañana Jana se levantaba como un chicle mascado. Se sentía como una montón de materia pastosa con pocas ganas de abandonar su cálido nido. Pero como siempre que se levantaba en ese estado, su padre con voz aun más pastosa que su cuerpo insistía hasta que la arrancaba de su cama. Se sentía especialmente infeliz las mañanas de otoño, los primeros días de escuela. Le cambiaban aquellas radiantes mañanas de fruta fresca y zumos naturales, por oscuros amaneceres de Cola-cao y cereales. Siempre la misma rutina, levantarse y perezosamente quitarse las legañas de la noche. Su padre siempre insistía en que se sonase, pero a ella aquello le parecía tan desagradable como tener que levantarse…

domingo, 29 de marzo de 2009

Historias cotidianas

En medio de la acera estaba aquel individuo de rodillas, desconocido para todos aquellos que pasaban a su alrededor. Parecía no afectarle toda la gente que pasaba y que le golpeaba, tampoco le importaba la suciedad ni el polvo. Recorría con las manos al suelo y enormes lágrimas bañaban su rostro. Por momentos se detenía y sin preocuparse de sus manos embrutecidas de limpiaba las lagrimas, tiñendo su rostro de un color gris que le semejaba con un carbonero. Estaba completamente enajenado y cuando por fin alguien se acerco para saber si algo le sucedía, giro su rostro hacia y grito:
- Mi sombra he perdido mi sombra. ¿Alguien me puede ayudar?

Historias cotidianas (28 de Marzo del 2009)

Al levantarse del sofá toco el suelo helado. Una gran sensación de frialdad recorrió su cuerpo de arriba abajo. Tembló su cuerpo por el frio, por la gélidez de una mañana de invierno, la primera mañana de frio de aquel año. Camino hacia la ventana, intentando pisar con los pies torcidos, ofreciéndole la menor superficie posible al frio. En el cristal de la ventana se había formado una fina capa de vaho que lo empañaba ligeramente y que le impedía ver con claridad a través de él. Solamente los primeros albores del amanecer tras los enormes bloques de edificios del barrio este. Apenas se distinguían entre aquella bruma algunas luces entre los coches que fluían iniciando la jornada. Quiso quitar aquel vaho con la mano y al tocar el cristal volvió a recorrer su cuerpo el mismo frio del despertar…

Historias cotidianas (27 de Marzo del 2009)

En su mesita de noche había libros, de todos los tipos, tamaños y temáticas. Siempre había leído compulsivamente, empezando varios volúmenes a la vez, cogiéndolos y dejándolos a discreción, adaptando cada lectura a cada momento y siempre acabando tarde o temprano cada libro. Había tantas historias encima de su mesilla de noche, que aquella que reposaba encima de su almohada y que no era ni más ni menos que la suya propia, se mezclaba en varias historias al igual que sus lecturas, vivía varias historias sin reconocer cual era la suya y cuáles eran las ficticias. Se sentía incomodo al no saber escoger cual era su propio camino y de esa manera cada día se acumulaban más libros, que le abstraían de si mismo…

jueves, 26 de marzo de 2009

Historias cotidianas

Esperaba en aquella esquina, nunca había podido evitar ser de aquellos que llegan cinco minutos antes, por lo que no podía evitar mirar constantemente el reloj aun a sabiendas que el que llegaba antes era él. La calle estaba inundada de gente, faltaban pocos días para la navidad y el Portal del Ángel estaba inundado de personas invadidas por la compulsión de la compra. Pensó en lo mal que había escogido el sitio para quedar, hubiera sido mejor un lugar más apartado más tranquilo, sin Papa Noel ni villancicos, sin tanto transito, sin tanto ruido. Esperaba en aquella esquina entre Santa Ana y Portal del Ángel, notaba el pulso disparado, acelerado a una velocidad tal que tal vez pudiese alcanzar la luna en escasos segundos. Se sentía angustiado por aquel encuentro, hacia meses que no la veía y ahora no sabía si la distinguiría en aquella marea humana. Intentaba relajarse y seguía mirando el reloj, era pronto, siempre llegaba pronto…

Historias cotidianas (25 de Marzo del 2009)

Daba vueltas y vueltas, nada ni nadie podía detener aquel movimiento circular, aquella extraña danza mevleví que había tomado posesión de su cuerpo y su cabeza. Sentía la música como una lluvia de colores que caían sobre él y que atravesados por las luces describían cientos de arco iris a su alrededor. Era una música tan hermosa que no podía pensar en estar compartiéndola con otras personas a su alrededor. Había en ella un susurro que era solamente para él, era una conversación privada con aquella música que salía de grandes altavoces. Bailaba como un poseído que era lo que al fin y al cabo era…

martes, 24 de marzo de 2009

Historias cotidianas

En los días de sol se encaminaba hacia los astilleros viejos y en desuso. Enormes montañas de ruina y metal oxidado que en su tiempo habían alimentado a una población entera. Le gustaba ir allí y perderse en aquellas enormes naves en ruinas para tomar fotografías o hacer algún esbozo. Tenía su pequeño estudio lleno de aquel tipo de material, su pasante ya le había dicho más de una vez que aquel material ya lo había sobreexplotado, que no vendería ni uno más de sus cuadros relativos a los viejos astilleros. Pero el recordaba las historias de su padre y de su abuelo, recordaba el olor que había en el pueblo cuando el astillero permanecía abierto, en parte perderse por aquellos espacios abandonados le suponían encontrarse con aquella parte de su vida que debía haber sido y nunca fue…

Historias cotidianas (23 de Marzo del 2009)

Se encontraron por casualidad, como siempre acostumbran a pasar esas cosas. Como una sensación pasajera al ver pasar a una persona al lado, creyendo encontrar en esos escasos segundos indicios de que en aquel momento alguien conocido se ha cruzado. Se cruzaron sus vidas quince años después sobre aquel paso de cebra del Passaic de Gracia. Tanto hacia de la ultima vez, tal vez no era bueno recordar la ultima vez, simplemente sentir el dolor del tiempo pasado y el espacio doloroso que aquel adiós dejo en el interior. Las miradas eran furtivas ninguno se atrevía a mirar al otro fijamente, eran las mismas personas, con la vida grabada en sus rostros, eran personas ya desconocidas que por un momento antes de arrancar el trafico recordaron el hueco que quedaba en su interior después de dejarse …

domingo, 22 de marzo de 2009

The Wire ( En Escucha)


Durante cinco míticas temporadas hemos conocido el bien y el mal en la ciudad de Baltimore. El bien y el mal, aunque mezclados y generando la sensación de que la línea trazada entre ambos es tan fina, que en algunos momentos todos los personajes juegan sobre esos límites. Magnifica de principio a fin, creo que lo adecuado es analizarla como conjunto, ya que de esa manera ha sido concebida. Hay diferentes momentos en esta montaña rusa, momentos álgidos, la primera y cuarta temporada me parecen demoledoras. Pero al final hay que ver el resultado desde la perspectiva de unos personajes que crecen dentro de una trama que se alarga y crea sus propias ramificaciones, dando fondo a lo que para mí es la mejor serie de televisión que haya visto nunca.
La política, los camellos, los capos de la droga, la policía, los periodistas, los yonquis, la justicia, la educación .Todo esto y más pasa por el tamiz de los creadores de la serie, y nos devuelve el nauseabundo sabor de un mundo creado por hombres y para hombres, un mundo que jamás será justo y para el cual romper las barreras sin autorización significa estar absolutamente fuera del circulo que es una sociedad llena de vicios y defectos.
Grande desde el volumen de cinco temporadas que hay que ver para poder realizar análisis, merece la pena perderse por esta crónica urbana de Baltimore, que te deja con ganas de más. Y justamente eso la hace buena, es la medida y el contenido justo para dejar este gran sabor de boca.

Historias cotidianas

Estaba allí siempre menos en alguna menos en alguna semana de febrero o marzo, en agosto la abandonaba durante quince días. A veces distraída, perdida en pensamientos de una vida diferente, pensaba donde podía el marcharse durante esos periodos breves. A ella le parecía aquel un juego divertido, era como situar a los soldaditos de plomo sobre un mapa, los podía colocar en cualquier lugar, allá donde ella desease y desde ese momento hacerlo girar por mil lugares, mil parajes, mil ciudades, mil situaciones. De esa manera pasaban aquellos días y ella nunca pensaba en acompañarlo, ya que el viaje en si podía ser mucho peor que las ensoñaciones que creaba…

Historias cotidianas (21 de Marzo del 2009)

Si bien el objetivo lo tenía suficientemente claro, aquel viaje súbito, le recordaba a las vacaciones de su infancia. Vacaciones de canciones de Mocedades o José Luis Perales en el radiocasete del coche; de bocadillos de tortilla de patatas o de calamares; de fiambrera llena de carne empanada. Viajes de paisajes semidesérticos por la ventilla, bajada al máxima por supuesto para evitar al máximo morir de calor. Búsquedas de playas, de rincones donde poder plantar las sombrillas y las sillas plegables. Y sobre todo la ansiedad por llegar, esa eterna ansiedad infantil y ese lugar ignoto que se debía alcanzar…

viernes, 20 de marzo de 2009

Historias cotidianas

Lucila se sentía feliz. Corría sobre el llano seco como cada día después de su jornada escolar. Corría sobre aquellas pistas abiertas entre la jungla levantando grandes nubes de polvo. Quería creer que era una princesa huyendo hacia la libertad en medio de aquella niebla. Caía ya la tarde y el sol al caer hacia brillar sus ojos como dos estrellas diurnas. Era inmensamente feliz en aquella situación y la realidad era que no sabía porque. Era feliz por el puro hecho de estar en aquel lugar y sentirse libre. Esa libertad que tarde o temprano perdería, pero que en aquel instante golpeaba su rostro mezclada con los mil olores que había en el aire. Lucila corría y corría, Lucila era feliz…

Historias cotidianas (19 de Marzo del 2009)

Tiempo atrás había sido la casa de vacaciones de su familia. No era ostentosa ni especialmente espectacular. Era una pequeña cabaña de pastores que con los años su bisabuelo y luego su abuelo habían ido reformando, hasta convertirla en una más que confortable casita de montaña, sin lujos excesivos y con las comodidades necesarias. Era una lugar en que sentirse protegido e integrado en aquel precioso y salvaje paraje. Recordaba siempre con cariño la cocina, tenía un gran ventanal abierto sobre el valle y que permitía en una noche clara ver las luces de la pequeña capital de provincias que regia aquella comarca. Cuando la visitaba no podía olvidar aquel rincón y más de una de sus noches transcurría en vela en la oscuridad del valle…

Historias cotidianas (18 de Marzo del 2009)

La lluvia caía tras los cristales y el no podía dejar de mirar los charcos que se formaban en la acera a cada instante. Miraba en concreto un charco grande que se formaba en medio de la calzada, cuando un gato negro cruzo corriendo de la a lado de la calle, patinando entre todos los diferentes charcos que antes tanto habían llamado su atención. Cuando llego al otro lado se paro debajo de un balcón, resguardándose de la lluvia, lamiéndose y relamiéndose intentando tal vez absorber parte del agua, intentando acabar el trabajo de limpieza que el agua no hubiese podido acabar. Arrecio la lluvia, unas grandes gotas empezaron a caer y el viento azotándolas las empujaba contra el cristal que le resguardaba de la tormento. Un relámpago cruzo el cielo iluminándolo como un castillo de fuegos artificiales…

martes, 17 de marzo de 2009

Historias cotidianas

La situación era la de siempre, cada uno sentado en un sillón, ella con las manos mojadas, él con el cenicero en las rodillas. La televisión dando el telediario, las mismas noticias de siempre, noticias que no tenían trascendencia en su rincón de mundo. Ella miraba, pero el ya no. Ella miraba más allá de la pantalla, mas allá de aquel lugar, mas allá de la sangre que teñía sus manos y pensaba que a lo mejor esta vez seria ella la que ocupase treinta segundos en el telediario de la noche siguiente, ella ya no lo vería seguramente. Pensaba en tantas cosas, de hecho pensaba que era lo que él le dijo tantos años que era incapaz de hacer, pero ella era capaz de tantas cosas. Su prisión era aquella vida y lo que viniese después de aquella noche sería algo nuevo, nunca una prisión de celos, de odio, de violencia. Ella ahora era libre, pero lloraría en esa libertad pensando que para ser libre había tenido que convertirse en una bestia como él…

lunes, 16 de marzo de 2009

Historias cotidianas

Se despertó en medio de una pesadilla y tardo unos instantes en darse cuenta de donde se encontraba. Últimamente acostumbraban a pasarle esas cosas. No solo las pesadillas sino la desorientación. No era la primera vez en las últimas semanas que habían tenido que montar una batida de búsqueda para él. Pero al fin y al cabo aquel día cumplía los cien años, que esperaban de él aquellos que lo encontraban tras unas pocas horas de búsqueda sentado en un parque en la parte opuesta de la ciudad. Era sorprendente lo poco que significaba ahora el tiempo. Hacía años que había dejado su Seiko de oro en su mesita de noche, únicamente se orientaba por horas de sol y horas de noche, incluso las confundía muchas veces merendando de madrugada y desayunando a últimas horas de la tarde, pero siempre con rigor y manteniendo los cinco ciclos necesarios de alimentación. No recordaba que clase de pesadilla lo había despertado y de hecho no sabía porque estaba en la cama, cumplía cian años y eso no se celebraba acostado…

domingo, 15 de marzo de 2009

Historias cotidianas

Tres días después de haber mandado la carta no había recibido ninguna respuesta. Se quería hacer creer a si mismo que era demasiado pronto, que ni había suficiente margen de tiempo para que le contestasen. Pensó que el servicio de correo jamás seria suficientemente eficaz como para poder contentar su exigente carácter y su agónica ansiedad. Cuando el amor es aquello que está en juego nunca hay suficiente. El asunto era que ya empezaban a aparecer fantasmas dentro de su mente y ello no le ayudaba. No sabía qué era lo que debía hacer…

Historias cotidianas (14 de Marzo del 2009)

Fue la primera vez que volvió a aquel lugar, aquel rincón de mundo en que había pasado más de treinta años de su vida. Ahora donde el había pasado años sentado supervisando la calidad de los tejidos, se sentaban todo tipo de personas para degustar los platos de la nueva cocina catalana. El que no recordaba ya cuantos embutidos había llegado a probar en los bocadillos del almuerzo, podía ahora degustar una carta de más de cincuenta platos bajo un mismo techo. Al sentarse en la mesa no podía dejar de recordar que había en cada uno de los rincones, le parecía vivir un sueño al ver como una ligera pletina de color y orden habían dejado sus recuerdos implantados en aquel lugar que veía desde otra perspectiva. Veía gente transitando arriba y abajo, apurados por el tiempo entre plato y plato de cada comensal, ahora era consciente de que otra vida era posible, de que todo aquello que uno recuerda tiene vida y esa vida es autónoma una vez la dejas atrás, adoptando vivencias propias…

viernes, 13 de marzo de 2009

Historias cotidianas

Cuando llego al camión su hijo ya había fallecido y aunque a aquella doctora de médicos sin fronteras le pareciera monstruosa la situación ya no era capaz de sentir pena por todos aquellos que morían día a día, ni tan siquiera por los que eran sangre de su sangre, ni por sus hijos. Cada día esperaban que llegaran los camiones, unos días harina, otros días arroz, otros días comido en conserva. No tenían agua para cocinar el arroz, ni tan siquiera tenían fuego para calentarla. Pero ellos seguían pegándose cada día a pie de camión y ellos, los extranjeros, acababan y se sentían satisfechos por aquellos actos de caridad inútil. A lo mejor no llegaría viva al próximo camión, la realidad era que yo no tenía a nadie por quien luchar y ella ya no mi portaba…

jueves, 12 de marzo de 2009

Historias cotidianas

Empezó a ojear el periódico oficial del partido mientras tomaba un café con leche. Las noticias como siempre eran positivas. Las nuevas medidas para mejorar las cosechas de patata en el sur del país; la reforma emprendida en las escuelas para formar mejor a los futuros camaradas; las victorias de las selecciones nacionales demostrando una superioridad avasalladora sobre sobre los países capitalistas; las mejoras en el servicio de tren en una región del norte que nunca sabría situar sobre un mapa y que la habían llevado a ser la región mejor comunicada del hemisferio norte; la entrega de viviendas con los mejores acabados a parejas jóvenes con futuros no menos prometedores. Paso rápidamente a la ultima pagina y leyó lo único que el partido no había podido mejorar, aquel glorioso día nevaría en todo el territorio nacional y las temperaturas caerían en picado. Cerró el periódico y pidió un vodka…

miércoles, 11 de marzo de 2009

Historias cotidianas

Había bastante gente en la cola del supermercado. Siempre había demasiada gente a su gusto, siempre le tocaba esperar demasiado tiempo y eso no le gustaba. En su carro solamente había latas de cerveza, suficientes para mantenerle borracho varios días. Una mujer de otra de las colas se lo quedo mirando, primero el contenido del carro y luego a él. Le miraba con un desprecio que el compartía, el mismo se daba asco, pero no pensaba tolerar que una maruja cualquiera que le conocía le mirase de arriba debajo de aquella manera. Cuando ella topo con su mirada enterró la suya propia en su carro de la compra. El odio que él sentía y que en aquellas horas ya alentaba una buena cantidad de anís sonrojo a aquella mujer, que una vez paso por caja acelero sus acciones cerciorándose de que el quedara suficientemente atrás…

Historias cotidianas (10 de Marzo del 2009)

En el hogar de jubilados siempre encontraba la prensa del día. Prefería ir pronto por la mañana, todavía no se había acostumbrado a su jubilación, le gustaba madrugar para no perder sus rutinas, sentir que todavía estaba en condición de levantarse de la cama para hacer todo aquello que desease. Siempre le había dado miedo ese momento de su vida. Ahora que había llegado tiraba de sus huesos hacia delante a la mayor velocidad posible para que no le alcanzase la inmovilidad que apresaba a otros de sus camaradas, allí sentados durante horas esperando que llegase el momento en la muerto acabase con el tedio en el que se había convertido sus vidas…

lunes, 9 de marzo de 2009

Historias cotidianas

Cuando sobre el cuadrilátero encajabas crochet detrás de crochet, la respuesta siempre dependía de uno mismo. Cuando te buscaban el hígado y el único remedio era esconderte entre las cuerdas, clavar los codos y esperar pacientemente a que la campana le diese paz. Aquella había sido su profesión durante años y en ella había sabido buscarse la vida, un jornalero de los cuadriláteros que luchaba por no caer demasiado joven y por no tener que abandonar demasiado pronto. Sabía que era duro recibir golpe tras golpe, derrota tras derrota, peor era verse como ahora vigilando en la puerta de un supermercado. Deseando dejar KO a mas de una ama de casa o sencillamente coger la pistola y como en un pueblo americano cualquiera causar la mayor cantidad de desolación a su alrededor. En este punto de la vida ya no tenía un rincón en el que resguardarse de la vida…

domingo, 8 de marzo de 2009

Historias cotidianas

Cuatro, cuatro ojos, cuatro ojos…hacían corro mientras se lo gritaban insistentemente. Siempre era igual, al menos siempre era igual para él, por eso se limitaba a con tranquilidad recoger los diversos trozos de sus gafas extendidos dentro de aquel circulo cruel. Ya no eran las primeras que perdía aquel curso, ni tampoco en los cursos anteriores. Actuaba con naturalidad tras cada incidente y eso cada día les hacia cometer ataques más crueles. Pero ante ello ya no podía hacer nada, ellos eran más en cantidad y su crueldad siempre era mayor. Al día siguiente el tendría una gafas nuevas y mientras estuviesen enteras, el podría ver el mundo de una manera diferente a ellos y esa seria siempre su señal diferencial sobre su brutalidad, la capacidad de ver mas allá de sus limitaciones…

sábado, 7 de marzo de 2009

Historias cotidianas

La marcha por el desierto se les hacia más dura a cada día que pasaba. Sus pies se hundían en la arena fina del desierto y cada vez parecía más profundo el océano desértico que se extendía ante ellos. Sus pies hacia días que se habían abrasado por el calor de la arena, desde la partida ya habían caído muchos, tal vez mas de la mitad, que quedaban abandonados en el camino sin el mas mínimo miramiento por parte de sus captores, que apenas se preocupaban de que el número de bajas fuera tan importante. Por pequeña que fuera la cantidad de ellos que llegase a Damasco, el precio que pagasen por los supervivientes les compensaría. ..

Historias cotidianas (06 de Marzo del 2009)

Aquel mundo que había imaginado era mejor del que nunca nadie podía haber creado, lo prefería desde luego a aquel en el que su cuerpo era prisionero de una silla de ruedas, a aquel en el que sus brazos y sus piernas eran ramas muertas. Prefería desde luego permanecer encerrado en su mente, no comunicarse con todos aquellos que le rodeaban y que lo único que le transmitían era su lastima y compasión. Ellos jamás conseguirían aquella libertad que él había logrado, ausentarse por completo del mundo en decadencia en el que Vivian y crear una fantasía tan real que le mantendría atrapado de por vida. Llegaba a pensar en vivir como un ser privilegiado y que todas aquellas desgracias que todos lloraban, no eran sino el momento de su real liberación de todas las cadenas que le ataban a una realidad que nunca le había agradado…

jueves, 5 de marzo de 2009

Historias cotidianas

Tenía las manos pegajosas por toda la sangre que ellas habían derramado, el cuerpo estaba agarrotado después de la batalla, apenas podía levantar los brazos más allá de la cintura. Desde el bosque se venían los gemidos de dolor de aquellos que huyendo del paramo asolado por la muerte, habían preferido ir a morir en aquel bosque. Sonaba el rumor de un arroyo cercano y pensó en limpiarse, en desprenderse de aquel olor a muerte y vergüenza. Vergüenza del vencedor, que solamente gana alzando su pendón sobre los cadáveres de sus propios compatriotas. Le llego una nausea fuerte que no quiso contener, la bilis le subía desde la boca del estomago y se sentía tan derrotado como ganador. Intento sobreponerse y llegar al rio, el agua fresca le quitaría aquella turbación. Llego a la rivera del arroyo y noto las lagrimas sobre su rostro curtido en frio al ver que el alegre arroyo bajando con sus aguas rojas por la sangre derramada en la batalla…

miércoles, 4 de marzo de 2009

Historias cotidianas

Caminando por la acera pudo levantar la mirada y ver el interior donde se veían a unos niños enganchados a aquellos cristales con su bata de cuadros llenas de manchas de pintura. Miraban desde el interior al igual que el miraba desde el exterior. La única diferencia en aquella situación eran los diferentes prismas que se ocultaban a cada lado de aquel fino y transparente cristal. Sin ser un reflejo el miraba apenado aquella preciosa escena de ociosidad por parte de aquellos niño, recordó su propia infancia, cuando su mirada a través de una ventana descubría las maravillas que le rodeaban. Ahora miraba hastiado hacia aquellos niños sabiendo que ellos llegarían al punto del camino donde el estaba…

Historias cotidianas (03 de Marzo del 2009)

Decidió salir a diluir en el fresco aire de la tarde los vahos del alcohol de la noche anterior. Era primero de enero y la tarde era fría y gris. Cogió el abrigo más recio que colgaba en su armario y la bufanda de colores chillones que le habían regalado por navidad. Se miro al espejo ciñéndose un sombrero de ala ancha y escruto en el reflejo de su mirada buscando los restos de la resaca. El día no prometía grandes cosas y el año tal vez siguiese por el mismo camino…

Historias cotidianas (02 de Marzo del 2009)

La azada se hundió una vez más en la tierra seca, el sudor cruzo su frente, produciendo unas grandes gotas que acababan derramándose sobre la tierra baldía. Alzo la cabeza en busca de algún alivio y miro hacia el cielo gris, ese gris metálico que siempre presagiaba una tormenta de energía estática. En el horizonte vio un resquicio rojizo que invitaba al optimismo. Se le escapo una sonrisa mientras regresaba a su dura tarea. Pensó mientras removía aquella tierra que tal vez aquella sería la primera cosecha desde que llegaron a la colonia exterior Magalhanes…

Historias cotidianas (01 de Marzo del 2009)

Para aquellas veteranas manos no había secreto alguno, manos curtidas por los años. Las miraba fijamente mientras se movían detrás de la barra como si compusieran una escena de ballet. Miraba como manipulaba con manos certeras unas hojas de hierbabuena con una base de azúcar. Era un proceso que parecía suspenderse en el tiempo y el espacio. Si prestaba la suficiente atención casi se podía notar cómo se mezclaban aquellos elementos bajo la presión de aquel experto artista, ver como todo se transformaba en una sola esencia que ya desprendía su aroma…

Historias cotidianas (28 de febrero del 2009)

- Buenos días Juan
- Buenos días Miguel

- Buenos días Arroyo
- Buenos días Miguel

- Buenos días Ledesma
- Buenos días Miguel

- Buenos días Clara
- Buenos días Miguel

Miguel reviso el nudo de su corbata y pico tres veces a la puerta, entro sin esperar respuesta.
- Buenos días Jaume
- Buenos días Miguel…¿Es posible que algún días seas puntual?...