sábado, 7 de marzo de 2009

Historias cotidianas (06 de Marzo del 2009)

Aquel mundo que había imaginado era mejor del que nunca nadie podía haber creado, lo prefería desde luego a aquel en el que su cuerpo era prisionero de una silla de ruedas, a aquel en el que sus brazos y sus piernas eran ramas muertas. Prefería desde luego permanecer encerrado en su mente, no comunicarse con todos aquellos que le rodeaban y que lo único que le transmitían era su lastima y compasión. Ellos jamás conseguirían aquella libertad que él había logrado, ausentarse por completo del mundo en decadencia en el que Vivian y crear una fantasía tan real que le mantendría atrapado de por vida. Llegaba a pensar en vivir como un ser privilegiado y que todas aquellas desgracias que todos lloraban, no eran sino el momento de su real liberación de todas las cadenas que le ataban a una realidad que nunca le había agradado…

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