sábado, 7 de marzo de 2009

Historias cotidianas

La marcha por el desierto se les hacia más dura a cada día que pasaba. Sus pies se hundían en la arena fina del desierto y cada vez parecía más profundo el océano desértico que se extendía ante ellos. Sus pies hacia días que se habían abrasado por el calor de la arena, desde la partida ya habían caído muchos, tal vez mas de la mitad, que quedaban abandonados en el camino sin el mas mínimo miramiento por parte de sus captores, que apenas se preocupaban de que el número de bajas fuera tan importante. Por pequeña que fuera la cantidad de ellos que llegase a Damasco, el precio que pagasen por los supervivientes les compensaría. ..

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