martes, 24 de marzo de 2009

Historias cotidianas

En los días de sol se encaminaba hacia los astilleros viejos y en desuso. Enormes montañas de ruina y metal oxidado que en su tiempo habían alimentado a una población entera. Le gustaba ir allí y perderse en aquellas enormes naves en ruinas para tomar fotografías o hacer algún esbozo. Tenía su pequeño estudio lleno de aquel tipo de material, su pasante ya le había dicho más de una vez que aquel material ya lo había sobreexplotado, que no vendería ni uno más de sus cuadros relativos a los viejos astilleros. Pero el recordaba las historias de su padre y de su abuelo, recordaba el olor que había en el pueblo cuando el astillero permanecía abierto, en parte perderse por aquellos espacios abandonados le suponían encontrarse con aquella parte de su vida que debía haber sido y nunca fue…

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