jueves, 26 de marzo de 2009

Historias cotidianas (25 de Marzo del 2009)

Daba vueltas y vueltas, nada ni nadie podía detener aquel movimiento circular, aquella extraña danza mevleví que había tomado posesión de su cuerpo y su cabeza. Sentía la música como una lluvia de colores que caían sobre él y que atravesados por las luces describían cientos de arco iris a su alrededor. Era una música tan hermosa que no podía pensar en estar compartiéndola con otras personas a su alrededor. Había en ella un susurro que era solamente para él, era una conversación privada con aquella música que salía de grandes altavoces. Bailaba como un poseído que era lo que al fin y al cabo era…

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