jueves, 26 de marzo de 2009

Historias cotidianas

Esperaba en aquella esquina, nunca había podido evitar ser de aquellos que llegan cinco minutos antes, por lo que no podía evitar mirar constantemente el reloj aun a sabiendas que el que llegaba antes era él. La calle estaba inundada de gente, faltaban pocos días para la navidad y el Portal del Ángel estaba inundado de personas invadidas por la compulsión de la compra. Pensó en lo mal que había escogido el sitio para quedar, hubiera sido mejor un lugar más apartado más tranquilo, sin Papa Noel ni villancicos, sin tanto transito, sin tanto ruido. Esperaba en aquella esquina entre Santa Ana y Portal del Ángel, notaba el pulso disparado, acelerado a una velocidad tal que tal vez pudiese alcanzar la luna en escasos segundos. Se sentía angustiado por aquel encuentro, hacia meses que no la veía y ahora no sabía si la distinguiría en aquella marea humana. Intentaba relajarse y seguía mirando el reloj, era pronto, siempre llegaba pronto…

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