miércoles, 4 de marzo de 2009

Historias cotidianas

Caminando por la acera pudo levantar la mirada y ver el interior donde se veían a unos niños enganchados a aquellos cristales con su bata de cuadros llenas de manchas de pintura. Miraban desde el interior al igual que el miraba desde el exterior. La única diferencia en aquella situación eran los diferentes prismas que se ocultaban a cada lado de aquel fino y transparente cristal. Sin ser un reflejo el miraba apenado aquella preciosa escena de ociosidad por parte de aquellos niño, recordó su propia infancia, cuando su mirada a través de una ventana descubría las maravillas que le rodeaban. Ahora miraba hastiado hacia aquellos niños sabiendo que ellos llegarían al punto del camino donde el estaba…

No hay comentarios: