domingo, 13 de diciembre de 2009

Historias cotidianas

Los hábitos eran ásperos de una sarga marrón que les irritaba la piel con el calor de aquellas regiones lejanas del reino. Habían llegado hacía muchos años para propagar la palabra del señor a aquellos pobres indígenas que exhibían sus cuerpos desnudos tal y como dios les había creado. Ellos intentaban despojarlos de sus hábitos y desnudarlos, se decía que alguno de los hermanos consagrados a la palabra del señor y llevados por aquellos diablos indígenas, habían conocido el pecado de la carne con ellos. Por ello desde la capital habían decidido enviar algunos hermanos de más arraigadas convicciones que enderezasen el camino de la congregación. Alejados de cualquier influencia del imperio, distante en muchas leguas de mar y tierra, la fe parecía un sentimiento efímero para muchos de ellos…

No hay comentarios: