martes, 29 de diciembre de 2009

Historias cotidianas (26 de diciembre del 2009)

Recordaba cuando los campos eran verdes y por las laderas de las montañas nevadas caían saltos de agua que formaban cursos de agua que recorrían valles llenos de vida. Ahora todo estaba dominado por aquel cielo plomizo que hacia caer un manto de heladora lluvia sobre sus cuerpos, ya no había primavera ni verano ni siquiera un otoño en el reposar los huesos de la frialdad del tiempo. Los días monótonos pasaban y el cielo siempre amenazaba con algo peor. Desde la primera gran nevada que los cubrió todo de nieve ya nada había vuelto a ser lo mismo, los huertos se habían muerto y los arboles se mostraban como figuras fantasmales que exhibían con su desnudez un sentimiento de dolor infinito. Ahora los ríos eran superficies heladas en las que por mucho que se penetrase nunca se llegaba al agua…

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