martes, 29 de diciembre de 2009

Historias cotidianas (21 de diciembre del 2009)

En el universo, inmenso y desconocido, lleno de vida y de vacio al mismo tiempo, se limitaban a vivir perezosamente los que así mismos se llamaban seres humanos. Seres de una patética fragilidad moral y física que habitaban un pequeño planeta de una remota galaxia. Seres ínfimos de un lugar insignificante, fruto de una evolución, esclavos de sus propias limitaciones, Vivian unos enfrentados a los otros por el dominio de pequeñas parcelas en las que subdividían su planeta, al cual día tras día castigaban sin compasión, contaminándolo y expoliándolo sin darle ninguna tregua. Dentro de su pereza, estos seres, se limitaban a explotar los recursos del planeta sin ser conscientes de la fragilidad de este. Tal era el retraso de esta extraña raza, que aun abocados a la destrucción del único planeta donde podían desarrollar su patético sistema vital, no tomaban ninguna medida para prevenir el seguro colapso del planeta que habitaban. No aceptaban ni consejos ni recomendaciones, se conformaban con haraganear sin pensar en el futuro…

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