martes, 29 de diciembre de 2009

Historias cotidianas (27 de diciembre del 2009)

Se habían dejado llevar por la decadencia de sus existencias, nada les saciaba lo suficiente ni nada les proporcionaba suficiente placer. El poder que ejercían sobre el pueblo se había transformado en un yugo que oprimía a los habitantes de la provincia. Las ejecuciones de pastores y campesinos servían como divertimento al pueblo y a sus gobernantes. Las más hermosas mujeres eran arrancadas de sus casas para servir en los salones palaciegos en los que eran violadas y asesinadas inmisericordemente. Nadie estaba libre de la sed de lujuria y sadismo que ahora reinaba, los favoritos pasaban a ser carne de escarnio de un día a otro siendo remplazados por otros que tarde o temprano también caerían en desgracia. El pueblo temeroso esperaba que pasaran aquellos funestos tiempos esperando sobrevivir a los indeseables placeres de sus monarcas…

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