lunes, 30 de noviembre de 2009

Historias cotidianas (23 de noviembre del 2009)

Sus ojos eran de fuego y sus manos cerradas en puños de piedra parecían poseer la fuerza de mil ejércitos, sus gestos bruscos buscaban únicamente alimentarse de la sangre de aquellos que no habían nacido en el mismo lugar que el mismo. Por ello debían pagar y no de cualquier manera, sino con sus propias vidas. El odio hacia los extranjeros que Vivian en su tierra era tan poderoso, como el fino manto de ignorancia que cubría su mente. Aquellos contra los que iba destinado su veneno lo temían al verlo acercarse junto a sus acólitos, ciegos al igual que su líder de venganza. Nadie entendía como aquel veneno había alcanzado a aquel cándido muchacho que todos recordaban de la escuela dominical. Pero este había enraizado fuertemente en su interior y le hacía ver un mundo lleno de enemigos de raza a los que era necesario enfrentarse y derrotar. El odio alimentado por la ignorancia era un potente explosivo que propagaba sus explosiones por todo aquel lugar por el que el pasase…

No hay comentarios: