lunes, 30 de noviembre de 2009

Historias cotidianas (25 de noviembre del 2009)

Había abandonado a su familia tiempo atrás, cuando la fama y el dinero habían entrado en su vida, haciéndole ver innecesaria la compañía de su mujer y sus hijos, teniendo a cambio de dinero la compañía que el desease. Nada le era vetado ni prohibido, todo estaba al alcance de sus manos, tenia mas amigos y aliados de los que jamás hubiese deseado, pero ellos afanosos en verlo feliz le proporcionaban todo aquello que el dinero le podía dar. Se había vuelto perezoso y ya no necesitaba recurrir a su ingenio para ganarse la vida, tenia de sobras con lo trabajado en año anterior y sus rentas eran tan generosas que ninguna preocupación en ese aspecto lo debía asaltar. Pero en las noches, cuando yacía con alguna desconocida, deseosa de colmarlo de caricias y placer, recordaba aquello que había dejado atrás y sentía la culpa de haber ofrecido aquellos mismos placeres a los suyos, era un puñal que cada noche atravesaba sus sueños y lo hacía permanecer en vela, sin que ningún remedio fuese capaz de darle descanso…

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