lunes, 30 de noviembre de 2009

Historias cotidianas (18 de noviembre del 2009)

Lo terrible era que durante aquellas últimas semanas solamente hubiesen pensado en el sexo, ni tampoco que durante las horas que permanecía alejado de ella su mente solamente se entretuviese en idear nuevas perversiones que pudiesen poner en práctica la siguiente noche. Lo obsceno o tal vez lo perverso era la necesidad de nuevos y más imaginativos coitos, ya no pensaban como personas en ocasiones solamente eran animales saciándose el uno del otro. Las erecciones le sorprendían durante cualquier momento del día y por momentos solamente con el deseo de penetrarla era capaz de eyacular, unas eyaculaciones violentas que inundaban su ropa interior de esperma y que eran capaces de borrar de su mente cualquier otra cosa durante horas. Aquella pérdida de control absoluta sobre sus vidas les había sorprendido tanto como el deseo que los poseía y que era capaz de dominar sus vidas por completo…

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