miércoles, 4 de noviembre de 2009

Historias cotidianas (1 de Noviembre del 2009)

Había un fantasma en aquella casa, un espíritu tan antiguo que nadie conocía su origen, pero que formaba parte de la vida de aquella residencia como lo eran aquellos habitantes vivos que moraban en ella. Se trataba del fantasma familiar que le daba mayor rango a la casa. De esa manera no era una vulgar morada sino una casa encantada. No resultaba extremadamente agradable convivir con él, en ocasiones les sorprendía en las más diversas actividades que se veían interrumpidas por su acción. No hablaba, solamente se manifestaba en por las diversas estancias de la casa, moviendo objetos de lugar o causando auténticos sustos a quien se cruzase en su camino. Los días de tempestad parecía sentirse especialmente enojado por el clima y en esas jornadas su actividad era frenética, desordenando y asustando por doquier…

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