lunes, 30 de noviembre de 2009

Historias cotidianas (19 de noviembre del 2009)

Aquella calle permanecía en su emplazamiento desde los tiempos más oscuros y antiguos, decían que los romanos la habían respetado al pertenecer a los antiguos moradores de la ciudad. Por ello siempre fue llamada la calle antigua y en ella desde tiempos tan lejanos como su misma creación había morado su familia, en el viejo palacio que con los años había sufrida cambios y reformas a gusto de las generaciones que allí vivieron. Tal era su arraigo que su apellido daba nombre a la calle o viceversa, ya que nadie recordaba la presencia de los unos sin la otra. Eran un familia con las raíces tan profundas en aquella tierra que muchos decían que su riqueza venia justamente del corazón de ella. Tal era su presencia que durante años fueron gobernadores y amos del concejo entero, hasta los tiempos en que su bisabuelo o tal vez su tatarabuelo, en una familia tan remota es complicado fijar tiempos y épocas, había proclamado la libertad de todos los siervos ya que ningún ser humano debía ser diferente de su vecino por sus recursos o genes…

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