miércoles, 4 de noviembre de 2009

Historias cotidianas (29 de octubre del 2009)

La muerte siempre ha sido un buen negocio, le decía su padre a menudo. Nunca entraran en crisis los funerales, la gente querrá incinerar o enterrar a sus personas queridas. Y en eso no se había equivocado nunca su padre. El negocio funcionaba como siempre, sin excesivos picos en ningún sentido, simplemente de forma lineal, tal y como llegaba la muerte. Criarse como el heredero de unas pompas fúnebres no es demasiado fácil dada la crueldad de los niños, pero al fin y al cabo estar constantemente rodeado de la muerte da una perspectiva sobre la vida, de la que gran parte de la humanidad carece. Desde la cuna tenía el futuro garantizado, entonces para que preocupar. La vida fluye hacia la muerte, por lo que obsesionarse demasiado en la cosas era un error. Siempre había pensado que aquel era un trabajo de gente gris y sombra, llena de amargura; pero aquello era una grave equivocación, vivir de la muerte hacia paladear aun más la vida…

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