Historias Cotidianas (8 de Julio del 2009)

Alguien braceaba energicamente en el horizonte intentando mantenerse a flote, la multitud de todo tipo se agolpaba en la orilla presenciando el espectáculo. Era una playa sin vigilancia, por lo que toda la esperanza de aquella persona dependía exclusivamente de ella misma, ya que ninguno de los inmóviles observadores hacia ademán ninguno por acercarse a prestar ayuda. Las olas ahogaban cualquier posible llamada de auxilio, o eso al menos anunciaban algunos de lo presentes expertos observadores de la muerte por ahogamiento de personas ajenas. El braceo fue decreciendo y los impulsos en busca de aire ya practicamente no existían. La gente comentaba lo mucho que aguantaba, debía de ser alguien muy resistente ya que el espectáculo ya se prolongaba mucho. Hubo gente que al ver como quemaba sus ultimas fuerzas en busca de la salvación, empezó a volver a sus toalla para continuar la sesión de sol. El Invierno había sido largo y terriblemente frió...