jueves, 2 de julio de 2009

Historias Cotidianas (23 de Junio del 2009)

La escayola pesaba como el ancla de un viejo carguero y le ataba a aquella cama de hospital, era como una lapida esculpida sobre su misma piel que le sentenciaba a un descanso que él no deseaba. Ya llevaba demasiados días ingresado y se sentía realmente inutilizado en aquel espacio limitado. Tenía la novela retrasada y el editor ya empezaba a agobiarle con los plazos de entrega, pero aquella lesión le había permitido ganar tiempo, aunque ya sabía que volvería a la carga para reclamar su manuscrito. Se sentía bloqueado, pero de eso ya hacía días, no había encontrado la manera de acabar la novela y eso le atormentaba. Le atormentaba tanto como aquella escayola. Siempre tendía a arrepentirse de sus decisiones, pero la de liarse a patadas contra una farola tal vez era una de las peores. Podía echarle la culpa al alcohol o a la confusión, pero la realidad era que la culpa era de su incapacidad infantil de afrontar aquella situación...

No hay comentarios: