viernes, 3 de julio de 2009

Historias Cotidianas (28 de Junio del 2009)

En las ultimas horas de la tarde empezaba a desperezarse lentamente. Tenia la tranquilidad de saber que la labor tendría toda una noche por delante y ya hacia tantos años que amaba a su trabajo como a la noche. Mientras otros se preparaban para dormir, él cenaba de forma abundante, le gustaba sentirse un poco harto para levantarse de la mesa. La noche era como un amante le decía su mujer, pasaba la noche envuelto en ella, trabajando en su horno, dejando que los silencios de la oscuridad acompañasen a su incesante trabajo de llevar el pan a la mesa de la gente. A veces en ese silencio que respetaba y por el que no le gustaba que sus ayudantes elevasen la voz, pensaba en que al día siguiente una parte de él mismo entraría en la vida de cientos de persona y por ello sentía la responsabilidad de hacer su trabajo bien hecho. Por eso para el su trabajo era una vida y su vida era una sombra en medio de la silenciosa noche...

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