Historias Cotidianas (3 de Julio del 2009)

Desde la estación hasta el pueblo había un lago camino. Lo quebrado de la orografía había impedido en sus tiempos llevar el tren al corazón del pueblo, como había sido la intención del alcalde y del gremio de comerciantes. Por ello decidieron crear un hermoso sendero bordeado de arboles y césped para hacer menos farragoso al visitante el camino e invitarlo de aquella manera a llegar hasta las estribaciones del pueblo. Se invirtió dinero y esfuerzo en ello, los comerciantes aportaron una parte del capital y el ayuntamiento la otra mitad. El gran mecenas del pueblo, hombre tocado por la suerte y poseedor de una inmensa fortuna gracias a las minas de hulla que oradaban las entrañas de la comarca se empeño en cubrir todo el camino con una iluminación espectacular, había hecho traer desde Barcelona los diseños de unas farolas modernistas que adornaban el Paseo de Gracia. Aquella avenida debía ser la gloria de aquel pueblo y a través de ella debía llegar la prosperidad al lugar...