Historias Cotidianas (29 de Julio del 2009)

Un momento de calma, era una buena cerveza fría en el bar de Loretta. Una buena cerveza fría y buena conversación con Loretta. Le habían puesto el nombre en homenaje a Loretta Lynn y por ello los discos de la cantante eran los únicos que sonaban en la Wurlitzer. Era joven, aunque nunca le había preguntado por su edad, siempre había calculado en una franja baja, poseía una sonrisa que encandilaba a todos los borrachos, un cuerpo menudo y robusto que le ayudaba a regentar aquel local ella sola, y sobre todo la capacidad de hacerle sonreír cada tarde cuando acabado su turno se acercaba para refrescarse del calor del mediodía. Alguna vez tal vez compartirían algo más que unas risas y una buena charla, pero en aquel momento era más importante la complicidad que otra cosa…