Historias Cotidianas (19 de Julio del 2009)

Desde la oscuridad de los tiempos habían dominado aquellos territorios vastos y fríos, habían esclavizado a todos aquellos que habitan los páramos y de con su trabajo saciaban su hambre. Las mujeres del paramo saciaban su hambre de sexo y muchas de ellas morían saciando esas brutales ansias. Vivian como ermitaños en sus fortalezas, preparándose para la lucha, meditando y estudiando, solamente salía de sus tierras para combatir, en búsqueda de riquezas y de nuevos esclavos que ocupasen el lugar de los muertos por su brutal trato. Eran unos vecinos incómodos para todos los que aquellos que habitaban las comarcas adyacentes. No deseaban dominios nuevos, ni nuevas tierras, solamente habitar en las suyas creando un reino inaccesible a sus enemigos. Nadie conocía sus rituales que solamente eran compartidos en los muros de sus fortalezas. De todo aquello que habitaba en el mundo ellos eran lo más parecido al terror…