Historias Cotidianas (4 de Julio del 2009)

La oscuridad se había convertido en su autentica enemiga. Apenas podía soportar su presencia, ya que con ella venían sus peores alucinaciones. Los Psiquiatras le habían dicho que era una fase de su enfermedad, que aquella fobia se calmaría en el momento en que las medicación hiciese su efecto. Pero hacia tiempo que ya no tomaba sus pastillas mágicas, hacia días que había tomado la decisión de dejar que su mente acabase con su cuerpo, era una dura pugna intestina, el campo de batalla era él mismo y el objetivo nunca estaba demasiado claro. Las sombras de la oscuridad eran bestias de las mas diversas formas y le acosaban. A veces solamente se acercaban para decirle que estaban allí para siempre y que cuando quisiesen tomarían el control. En la oscuridad se sentía como un astronauta abocado al espacio profundo, era un lugar frió en el que le faltaba el oxigeno y en el que su cuerpo se convertía en una pesada carga. Sabia que algún día acataría con todo aquello, que algún día las pastillas le ahogaría y él se entregaría a la oscuridad para ser devorado por sus fauces...