miércoles, 25 de febrero de 2009

Historias cotidianas (24 de febrero del 2009)

En primavera siempre viajaba, no era tan barato como a finales de invierno que era lo que siempre le aconsejaban sus amigos. Pero aquel explotar de colorido le daba energía para el resto del año, apenas salía de su ciudad durante el resto del año, por ello perseguía durante aquella época los campos llenos de amapolas de la Toscana o el verdor del valle del Loira o el florecer del los almendros en los jardines de Kioto o aquel precioso estallido de color de los Kew Gardens de Londres. Siempre buscaba lo mismo sin excepción, huir del gris metálico de su ciudad y poder perderse en aquellos pequeños espacios de naturaleza que el mundo todavía contenía. El resto del año la carretera de salida eran su terreno vedado y se limitaba a escribir sobre aquellos lugares…

1 comentario:

Anónimo dijo...

vuelvo a enlazar tu blog, habia perdido el enlace.
Saludos