lunes, 12 de enero de 2009

Historias cotidianas

Sentía su propia respiración alterada, como si no fuera de él sino de otra persona. Miraba el teclado del ordenador amenazante como la boca de un tiburón a punto de cerrarse en el momento en que pusiese sus manos encima. La pantalla del ordenador parpadeaba y empezó a oír un zumbido suave pero persistente que provenía de sus altavoces. Empezó ha sentir un terror como no había sentido en su vida, aquel monitor en blanco era la expresión de sus propios pensamientos, vacios de ideas…

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