jueves, 1 de enero de 2009

Historias cotidianas

Shameer El-Khader abrió los ojos cuando los primeros rayos de sol entraron en su habitación, giro remolón buscando unos instantes más de descanso, pero encontró alrededor de su cama a sus ocho hijos mirándole mientras se desperezaba. Los saludo uno por uno dándoles los buenos días, intentando no invadir el lado izquierdo de su cama, que ya nadie ocupaba desde la muerte de su esposa. Al buscar las babuchas al lado de la cama se encontró con la deslumbrante sonrisa de su hijo menor Malik, heredero de unos preciosos ojos color miel como los de su madre…

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