lunes, 26 de enero de 2009

Historias cotidianas (25 de Enero del 2009)

Se sentó conmocionado por la inmensa belleza que acababan de contemplar sus ojos. Un muchacho joven se le aproximo con una calabaza llena de fresca agua para que refrescara su enfebrecida frente. El calor se justifico este calor, no encontraba el motivo de tanto trastorno en él, pero el mundo dejo de tener uno para girar en varios sentidos sobre su vida. Nunca había sido de complexión débil, aunque si de frágiles maneras y tal vez el hallarse delante del David de Micheangello había sido una convulsión demasiado grande. Había permanecido tanto tiempo mirándolo atónito, la belleza de su rasgos. Se sentía turbado y la presencia de aquel corro de curiosos a su alrededor le alteraba aun mas...

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