lunes, 19 de octubre de 2009

Historias cotidianas (9 de octubre 2009)

La había conocido en una ruidosa fiesta como aquella, era en si un guateque por la época en que había sucedido. Ya habían pasado más de treinta años y desde entonces se había despedido de la mayoría de su pelo y de su gusto por las psicodelia. Y para su sorpresa, se la encontró allí en aquella sala decorada con gusto de nuevos ricos, demasiadas cosas de demasiados sitios, con el afán de demostrar cuanto se puede llegar a acaparar. Ella mantenía aquella pose rebelde, pese a que su mirada se ocultaba ahora tras unas gafas y que su ropa ya no se ceñía sobre un cuerpo juvenil. Su voz sonaba algo mas rota, pero tenía la misma manera se sujetar entre sus dedos el cigarrillo. Seguía siendo la chica interesante a la que un día le había dicho que la amaba…

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