sábado, 3 de octubre de 2009

Historia cotidianas (26 de septiembre del 2009)

Bebía incansable, pinta tras pinta, en el pub. Nadie se sorprendía al verle subir el color a sus mejillas ya que todos ellos se dedicaban a la misma actividad en aquel local. Era el foro de reunión de todo el barrio, allí se discutían los problemas, primero con seriedad, luego con un optimismo desmesurado causado por el alcohol ingerido. Los viernes siempre era de la misma manera y los sábados casi, dependiendo de la resaca. Últimamente bebía menos, el subsidio no llegaba para todo y tenía que bajar sus consumiciones si quería comprar carbón para calentarse. Pero mientras bebía no existía frio ni penas que le nublasen la mente. Bebiendo se sentía el dueño de sí mismo e incluso reía los chistes de sus vecinos…

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