viernes, 11 de septiembre de 2009

Historias Cotidianas (8 de Septiembre del 2009)

A los pies del volcán la ciudad crecía por sus faldas con sus pequeñas casas pintadas de blanco. Al despertar sus habitantes no podían evitar mirar al cielo, a la cumbre del viejo volcán dormido sin saber si algún día por algún motivo este despertaría. Desde sus primeros pasos los niños aprendían a andar despacio, pisando con la fuerza justa, apenas había carreras o gritos, los juegos eran controlados para que nada molestase en el descanso al gigante que los cobijaba. Había un manto de silencio que cubría el pueblo y le daba una fama bien ganada de tranquilidad. Cuando empezaron a llegar los turistas con sus aparatosos 4x4 y sus grandes cámaras de fotos fueron acogidos con recelo, luego transformado en rechazo y finalmente en odio. La gente del pueblo los expulsaba nada más verlos llegar por la falta de respeto con la que trataban aquellas tierras...

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