martes, 1 de septiembre de 2009

Historias Cotidianas (18 de Agosto del 2009)

Para cualquier tipo de viaje lo único que le era necesario era su paraguas, la gente acostumbraba a sonreír al oír aquella afirmación, pero a él le resultaba del todo innecesaria aquella opinión general. Lo que le había enseñado el tiempo y la experiencia, así como sus prolongadas estancias en tierras alejadas del conocer común de sus compatriotas, era que lo único ingobernable ni controlable eran los fenómenos de la naturaleza. Nadie podía luchar contra la tormenta ni contra la ventisca y ni la mejor arma que el hombre hubiese podido inventar podía vencer los meteoros. Por ello podía dejar atrás siempre cualquier equipaje, nada había en el mundo que le pudiese ayudar más que su viejo paraguas con mango de nácar…

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