miércoles, 16 de septiembre de 2009

Historias Cotidianas (15 de Septiembre del 2009)

La luna era como un ojo que observaba desde el cielo, un ojo que todo lo podía y todo lo dominaba. Como un foco iluminaba el claro del bosque en el que un lobo aullaba con tristeza. Era un lobo grande, dos veces más grande de lo normal y sus ojos trasmitían unos sentimientos demasiado humanos, tanto como las lagrimas que caían desde ellos. Sentía de una forma intensa todo aquello que lo rodeaba, desde el caer de las hojas al pequeño movimiento de los seres que habitaban el bosque. Aquello que a su parte humana le pasaba por alto, en esta forma salvaje se acercaba a él, notaba la vibración que causaba la vida propia del bosque. Le invadía esa energía…

No hay comentarios: