viernes, 4 de septiembre de 2009

Historias Cotidianas (28 de Agosto del 2009)

En otro tiempo el también corría al volante del coche, le gustaba la sensación del aire sobre el rostro bajando la ventanilla y la música del equipo del coche desbocada sobre ese mismo aire trayendo nuevos sonidos a los lugares que recorría. Era la mayor sensación de libertad que hubiese experimentado nunca, había buscado aquella manera de vivir para ganarse la vida y tal vez por ello había sido tan feliz…hasta que un perro atravesó su camino, ese día acabo todo, al menos de la manera que la había vivido hasta aquel día. Ahora también se desplazaba obre ruedas y ellas prácticamente eran una prolongación de su propio cuerpo. Estaba atado a aquella silla de ruedas de por vida, no lo consideraba un castigo aunque su vida se había transformado en algo diferente, seguía sintiendo el aire sobre su rostro al igual que antiguamente…

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