viernes, 4 de septiembre de 2009

Historias Cotidianas (29 de Agosto del 2009)

Un día habían llegado al pueblo unos señores, era un grupo heterogéneo. Algunos llevaban preciosas y elegantes levitas, fumaban en pipa y manejaban largos rollos de planos, que manejaban mientras veían el horizonte. Otros más oscos, con camisolas de franela que guardaban sus brazos gruesos como columnas y pantalones de lana, calzaban alpargatas y tenían unas maneras más cercanas a los labradores que los señoritos que los acompañaban. Según sus rangos y clases tomaron habitaciones en varias de las casa del pueblo, pagando generosamente a aquellos que les quisieron dar cobijo. Unos días después aparecieron grandes carros que transportaban grandes piezas de acero y enormes troncos de árboles. Poco sabía nadie en aquella época de lo que era un ferrocarril, solamente algún afortunado que había visitado la capital y aun así cada día íbamos a ver las obras como avanzaban especulando sobre todo lo que los mayores hablaban…

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