domingo, 14 de junio de 2009

Historias Cotidianas

Todo aquello era mentira. Mentira, mentira, mentira. Le habían dicho muchas cosas pero ninguna de ellas era aceptable para él. Le había explicado la verdad de todo, le habían explicado el como, el cuando y el porqué. Le habían tenido sentado en una butaca incomoda de piel durante mas de una hora y sus brazos se pegaban a aquella superficie abominable. Hacia calor y aquella butaca se quejara como si fuera a ella a le que la estuviesen mintiendo. Le sudaban las manos y la luz que inundaba la habitación le agobiaba, toda la situación era tan incomoda. No le habían quitado los ojos de encima en todo el rato y a él le resultaba incomodo que le mirasen tan fijamente. Le habrían hecho un favor si solamente le hubiesen dado unos pocos indicios para que él averiguase le resto, pero se habían empeñado en dejarle caer encima todas aquellas conclusiones, que no eran mas que mentiras...

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