martes, 2 de junio de 2009

Historias Cotidianas (31 de Mayo del 2009)

Frente a las murallas de la ciudad se detuvieron un instante. los caballos estaban agotados después de tan largo viaje, lo mejor era que parasen y los abrebasen debidamente. Las prisas habían acabado al asomar detrás de aquella ultima colina las majestuosas murallas de la ciudad. Donde se detuvieron encontraron varios carromatos de mercaderes que llegaban como ellos a la ciudad desde lejanas tierras, aunque los motivos de la visita fuesen diferentes. Ellos llegaban para reclamar lo que les era legitimo, las posesiones de aquellas tierras, robadas por el gobernador a su padre, noble amo de todo lo que se veía desde las almenas. No eran un grupo numeroso, apenas llamaban la atención, podían pasar por pastores o agricultores que se acercaban a la espera de algún trabajo digno. Mientras el caballo se abrebaba acaricio su tenso cuello y observo la guarnición que guardaba la puerta de la ciudad, pensando que aquellas serían las primeras víctimas en su retorno...

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