martes, 2 de junio de 2009

Historias Cotidianas (29 de Mayo del 2009)

Al cobijo de los chopos descansaba de su dura jornada de trabajo. Llevaba en el zurrón una hogaza de pan, una longaniza y la bota de vino. Comía lentamente, con tranquilidad. El mediodía hacia caer el sol a plomo sobre los campos y no debía afanarse en retornar al tajo. Cuando acabo de comer se estiro un poco mas dejando que el sol le tocase las piernas, relajando sus tensos y sudados músculos. En el cielo de azul infinito no había ningún pájaro que se aventurase a retar a aquel sol inquisidor que gobernaba sobre todos los seres que bajo su luz vivían. No era una persona dada a pensar demasiado, eso siempre había sido mas para las personas de carácter ocioso que no tenían otra cosa que hacer mas que barruntar historias. El se dejaba llevar hacia el territorio del sueño, poco a poco, como todo lo que acontecía a su alrededor, con un ritmo particular...

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