miércoles, 22 de abril de 2009

Historias Cotidianas

A la mesa se habían reunido toda la familia, las bandejas estaban rellenas con todos los platos clásicos de una de aquellas reuniones. Todo el mundo hablaba con todo el mundo, en un tono alto que no respetaba la conversación del que se hallaba inmediatamente al lado. Todo era un caos dentro de un orden específico, perfectamente supervisado por el abuelo, que presidia la mesa y era el único que no se involucraba en ninguna conversación. Permanecía en vigilia de todo lo que sucedía a su alrededor, repartiendo sonrisas a aquellos que lo merecían, reprendiendo a los que enredaban, aprobando todo aquello que fuera mínimamente justo a sus ojos, reprobando cualquier actitud vana o falta de justificación. Ejercía de amo y señor, capitán de aquel núcleo al timón de un barco que navegaba por la ruta por el seleccionada…

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