Historias Cotidianas (3 de Abril del 2009)

Había recibido en los últimos días demasiadas llamadas de sus sobrinos y sus hermanas, todos ellos parecían empeñados en que fuese a visitarlos y de hecho quedarse a vivir con ellos en España. Aquello le enloquecía y de hecho tras recibir la última llamada quiso arrancar el teléfono de la pared y tirarlo por la ventana. Desde que había enviudado no entendía la voluntad de todo del mundo de protegerlo. Había sobrevivido desde los seis años en un país extranjero, había sido capaz de construirse una vida, casarse y tener su familia. Y ahora pensaba que ya no le quedaban fuerzas para continuar. Le daba miedo el retorno, en el centro español todos hablaban con la boca llena de volver a la madre patria, de lo bueno que podía ser todo aquello para ellos. Pero pensaba que no, que aquello no era cierto, no podía dejar a su familia y volver a un país con una gente que había visto dos veces en su vida, languidecer lejos de su tierra que con el paso de los años era aquella que le había criado y no aquella que llevaba en los sueños…