sábado, 18 de abril de 2009

Historias Cotidianas

Sus ojos parecían de color miel a la luz de las velas. Tenía una de aquellas miradas limpias que solamente pueden tener aquellas personas cuyo corazón aun permanece limpio de cualquier tipo de dolor. Era el ser más dulce que había visto nunca. Desde que había vuelto del frente con su pierna lisiada de por vida, había sido agasajado con diversos homenajes. Era uno de los miembros más distinguidos que podía recorrer aquellos salones, pero todo ese prestigio no había conseguido que aquellos preciosos ojos se posaran sobre él. Parecía que ella solamente viese en él a través de su pureza, todo el dolor que él había visto y sufrido en el frente. Ella parecía ver por encima de todos los convencionalismos las profundas heridas que le habían dejado el campo de batalla. Aquel ángel parecía huir de los demonios que cubrían su mirada…

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