Historias Cotidianas (11 de Abril del 2009)

Desde lo alto de las escaleras podía ver como el callejón guiaba su recorrido cuesta abajo, apenas se distinguía entre aquella niebla cerrada que dejaba la luz de las lámparas de gas prácticamente asfixiada. Estaba alterada, su respiración era demasiado veloz y ese estado de excitación la hacía mirar a su alrededor aunque no fuese capaz de ver nada. Empezó a bajar aquellas empinadas escaleras, esperaba encontrar algún policía junto al rio que la pudiese ayudar. Sus manos buscaban soporte en las paredes de fría piedra que le iba hiriendo a medida que sus pasos eran más inseguros. Apenas llevaba un tramo bajado cuando escucho aquella otra respiración justo detrás de ella…