miércoles, 22 de abril de 2009

Historias Cotidianas (20 de Abril del 2009)

Cuanto más inclinaba la botella, mas le parecía que se acercaba al fondo de la misma. La sensación de embriaguez era ligera, pero ya hacía tiempo que ese estado era lo habitual en su vida. Había consumido litros de alcohol de la misma manera que había destruido su vida. Apenas quedaban unos rescoldos de su pasado, rescoldos empapados en el brebaje con el que entelaba cada uno de sus días. Se le había deformado el rostro y su físico ya ni presentaba sombra de sus treinta y pocos años. Le había abandonado cualquier ansiedad o deseo, vivía una vida desdibujada o planeada por el giro de una peonza…

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