Historias Cotidianas (7 de Abril del 2009)

El sol ya estaba alto en medio de inmenso cielo azul. Ni una sola nube lo cubría y en su zenit abrasaba en aquel mediodía de julio el pequeño pueblo de pescadores de casas blancas. Para quien viera aquella estampa pensaría en la clásica postal de vacaciones que te envía un amigo desde cualquier pequeño pueblo en las costas del mediterráneo. Era el mediodía y el sol caía a plomo sobre cualquier cosa expuesta a su duro castigo. En la plaza del ayuntamiento junto al antiguo pozo habían atado a un pequeño y raquítico burro famélico. Bajo aquel castigo de calor empezó a rebuznar, reivindicando su abandono…